El lugar más fresco, nuestra cocina

Llegado a esta altura del año, muchos prefieren pasar el menor tiempo en la cocina, y las razones son obvias; los fogones y el soporífero calor.

En muchos casos, aquellos que tienen amplias cocinas o ventanas no tienen este problema, a no ser que la luz entre directamente por la  ventana durante las horas más duras de calor, lo cual se soluciona con un fino estor o cortinas para aliviar un poco la entrada de luz solar o incluso bajar las persianas. Pero ¿Qué sucede cuando se tiene cocinas pequeñas, con poca iluminación o situadas en puntos más calurosos de la casa?

A continuación recogemos los mejores consejos para poder pasar más tiempo en la cocina y casa sin sudar.

La posición de la cocina hacia las puertas y ventanas es uno de los puntos más importantes a tener en cuenta, no es lo mismo depender sólo de la ventana que aprovechar las pequeñas corrientes de aire que nos facilita la salida de la cocina. Crear una corriente de aire, tanto en la cocina como en el resto de habitaciones ayuda a refrescar y  mantener ventilada toda la casa.

Aunque de primeras parezca una buena idea el tener un pequeño ventilador, no es lo más recomendable, ya que más que una solución pasajera, sólo agrava el entorno. Los ventiladores mueven el aire condensado de la zona haciendo que el mayor problema persista, que es la acumulación de humedad en el ambiente.

Bajar las persianas a media altura durante las horas de sol ayuda a que la cocina no se condense por acumulación de calor y humedad. Pero no olvides el dejar las ventanas abiertas o con un pequeño hueco de ventilación, eso ayuda a refrescar y ventila la estancia de una manera agradable.

La campana extractora también puede convertirse en nuestro aliado, ya que no sólo nos ayuda en cuestión de humos y malos olores, también mantiene a raya la humedad de la cocina que se forma al cocinar. Como punto extra, tener plantas en ciertos puntos de la cocina y de la casa ayuda a regular la humedad.

Las luces led también son una buena opción tanto a la hora de ahorrar como de iluminar sin sufrir quemaduras, ya que no desprende calor como si sucede con las lámparas incandescentes.